Hoy salimos a entrenar por las riberas del Miño y,
como no podía ser de otra manera, a mitad del recorrido se puso a llover y de
que manera. Acabé empapado, algo frio y ya noto un malestar incipiente. Claro,
la falta de costumbre se nota, despues de tantas salidas en las que se acababa
empapado pero de sudor, uno está falto de costumbre.
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